Necesidad del lenguaje no sexista

El monstruo terrorífico del lenguaje inclusivo y cómo aprender a comunicarte de una forma más justa

Hace pocas semanas me atreví a poner las noticias en la tele (cosa que hago bastante poco) y cuál fue mi sorpresa cuando me encontré a los políticos hablando de lenguaje inclusivo.

El político de turno, Félix Álvarez (alias Felisuco) que ha pasado de humorista a militante en Ciudadanos, hacía un monólogo más propio de su anterior faceta como humorista que de un discurso serio y razonable.

Este señor decía que el debate sobre lenguaje inclusivo no estaba en la calle, que era algo que no le preocupaba a nadie.

Que el hecho de que el lenguaje que estás utilizando cada día excluya deliberadamente a la mitad de la población, las mujeres, no le importa a nadie.

Sin embargo, para escribirte este artículo, he leído y releído decenas de artículos relacionados, por no mencionar los vídeos en Youtube. Demasiados para ser un tema que no le interesa a nadie…

Y he llegado a graciosas conclusiones, porque desde luego es mejor tomárselo a broma.

¡Hola! Ni siquiera me he presentado.

Mi nombre es Tania y soy la creadora de RevolucionaT.com, negocio online desde el cual acompaño a las personas, fundamentalmente mujeres, en los procesos de sanación de su autoestima.

Tuve la suerte de encontrarme con el trabajo de Jose en Plantarte hace ya tiempo, casi nada más empezar mi andadura en los negocios online.

Me encontré con un proyecto fresco, honesto, cercano y enseguida nos pusimos en contacto para colaborar.

Nos ha costado un tiempo materializar esta colaboración pero por fin lo hemos conseguido y te aseguro que este artículo no te dejará indiferente.

Como ya sabes, en Plantarte se le da mucha importancia a la mejora de tus habilidades comunicativas.

Tú ya sabes lo relevante que es saber comunicarte, saber hablar bien, cuidar las palabras, el tono, tu propio estilo.

¿Cómo harías esto si no existiese el lenguaje?

Pero vamos más allá.

¿Cómo te comunicarías si sintieses que el lenguaje que te han enseñado no te representa?

¿Qué ocurre cuando a ese vehículo de comunicación se le pincha una rueda?

Tú sabes que un vehículo con una rueda pinchada puede circular un tiempo, pero no demasiado. Además circulará lento, mal, será difícil que llegue a algún sitio sin ayuda.

Tarde o temprano tendrá que cambiar esa rueda si quiere volver a circular con normalidad.

Y esto es lo que le está pasando al lenguaje en nuestra sociedad.

Ha pinchado, va lento, no llegará a buen puerto si no cambia sus ruedas y las adecua al terreno por el que quiere circular.

Qué es el lenguaje inclusivo y de dónde viene este debate 

El lenguaje no sexista, o lenguaje inclusivo, se encarga de analizar el lenguaje desde una perspectiva de género.

Surgió en los años 60 de parte del feminismo, con la intención de acabar con la invisibilización de la mujer tanto en la comunicación oral como en la escrita. 

Los desafíos principales que se proponen son los siguientes:

  1. Intentar utilizar los plurales para nombrar a las personas, sin usar únicamente las formas masculinas.
  2. Cuestionar la utilización del masculino como género neutro que incluye a las mujeres.

Hace ya algunos años, diferentes universidades, sindicatos y organismos públicos y privados, empezaron a promover la idea de un cambio para acabar con el lenguaje sexista.

Sí, ese que usamos de toda la vida y que utiliza el masculino como género “neutro”.

Los primeros cambios lingüísticos para eliminar las expresiones sexistas en los documentos administrativos se pusieron en marcha  en el I Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres (2001-2005)

Fue en 2012 cuando nuestra queridísima, omnipotente y racional RAE se declaró en contra de las peticiones oficiales de estos organismos para hacer un cambio formal.

En ese momento, dicha institución contaba con la presencia de 28 académicOs y 5 académicAs.

Muy igualitario no es.

la necesidad del lenguaje no sexistaSin embargo, el debate volvió a la palestra hace unos meses, debido a la petición de la ministra Carmen Calvo para que se modifique la Constitución a favor de este lenguaje inclusivo.

Pero no te vayas a creer que esta locura irracional de las feminazis es exclusiva de España.

¡No!

¡Hay feminazis por todo el mundo!

Austria, por ejemplo, cambió hace 6 años su himno nacional con más de 60 años de historia, para que incluyera a los “hijos y las hijas” de la patria.

Menuda gilipollez, ¿no? ¿Es que no tienen nada mejor de lo que preocuparse”.

No sé.

Pero vamos a darle un poco de emoción al asunto.

Qué se pretende concretamente con el lenguaje inclusivo

Depende de la guía que leas, puede que encuentres ciertas diferencias.

Algunas de las recomendaciones más importantes son las siguientes:

  • Evitar el uso de falsos genéricos como “hombre” cuando estamos hablando de toda la población.
  • Evitar palabras que contengan un significado peyorativo para alguno de los sexos, por ejemplo: “Ese hombre es un zorro – Esa mujer es una zorra”.
  • Utilización de sustantivos genéricos: “La persona interesada” en lugar de “El interesado”.
  • Utilización de perífrasis: en lugar de decir “los administrativos” podemos decir “el personal administrativo”.
  • Precaución con el desdoblamiento (por ejemplo: ciudadanas y ciudadanos) y utilización de este solo cuando no exista otra forma mejor de referirse a todas las personas.
  • Utilización de pronombres relativos: “Quien solicite ayuda” en lugar de “El que solicite ayuda”.
  • Evitar la arroba, puesto que dificulta el lenguaje hablado y hay mejores opciones.

Si quieres profundizar un poquito más aquí te dejo la Guía para la utilización del lenguaje inclusivo del Ayuntamiento de Madrid.

¿Cómo lo ves? ¿Te parece demasiado difícil?

Argumentos a favor y en contra de este maldito lío 

Creo que a mí ya se me ha visto el plumero, aunque he intentado despistarte, pero quiero intentar ser objetiva, te lo prometo.

Así que vamos a analizar los argumentos a favor y en contra de un cambio tan dramático en la forma de comunicarte.

sobreviviremos al lenguaje inclusivo

¡Madre mía! ¿Podríamos sobrevivir a ello?!»

Han sido muchas las personas indignadas con la propuesta de incluir el lenguaje inclusivo en nuestra comunicación. Veamos cuáles son las argumentaciones y las contra argumentaciones.

Y de paso, también mi opinión:

  • Parece preocupar muchísimo la gran molestia que suponen los desdoblamientos, además de que acaban con lo que se ha denominado “economía del lenguaje”.

Como ya te he contado antes, el desdoblamiento se recomienda solo en los casos donde no existe otra posibilidad. No hay que estar todo el tiempo diciendo: “Las ministras y los ministros” cuando puedes decir “las personas que componen el Gobierno”. Venga, primer problema resuelto.

  • Violación de ciertas reglas gramaticales.

Lo que no me queda muy claro es de qué reglas gramaticales estamos hablando…Pero he encontrado esto: “es habitual en las lenguas románicas, también otras familias lingüísticas, usar en plural los sustantivos masculinos de persona para designar todos los individuos de la clase o el grupo que se mencione, sean varones o mujeres”.

Eh…¿y estas reglas gramaticales de verdad tiene importancia cuando de lo que estamos hablando es de reconocer, por fin, a la mujer como sujeto igual al hombre a la hora de comunicarnos en cualquiera de sus vertientes?.

¿Dónde pone que las reglas de la gramática sean inviolables? ¿Acaso son verdades absolutas? ¿Han sido proclamadas por decreto divino?

  • El lenguaje es historia proveniente del latín y, por tanto, no se puede modificar.

El caso es que entiendo bien la primera parte de la frase, la que no comprendo de ninguna manera es lo de que “no se puede modificar”.

  • El gran problema de “qué se va a hacer entonces con las palabras que acaban en -a- para que no sean sexistas”, como por ejemplo “víctima” o “persona”(¿”víctimo” o “persono”? .

A ver…que luego decimos que las que decimos tonterías somos las feministas.

Que una palabra acabe en -o- o en -a- no la hace masculina o femenina necesariamente. No a todas las palabras les ocurre esto.

De hecho, cuando se habla de víctima o de persona, por ejemplo, habrá quien se imagine a un hombre y quien se imagine a una mujer. Eso sí es una palabra neutra en el imaginario colectivo. Lo que no es neutro es usar la palabra en masculino, porque sí, si existe otra forma de hacerlo.

  • Donde se debe trabajar no es en la gramática sino en el léxico, que es la parte del lenguaje donde se refleja el machismo. Y sugieren para ello, evitar el uso de palabras con connotaciones denigrantes como “nenaza” para referirse a alguien cobarde, solterón y solterona, etc.

¡Por supuesto que hay que cambiar el léxico!

De hecho es que si aquí no hay debate no entiendo por qué no se ha cambiado ya. Pero la gramática también es muy importante. Exactamente igual de importante que el léxico.

El léxico nos insulta y la gramática nos invisibiliza. ¿Quién decide qué es lo peor?

  • Otro de los argumentos más potentes es que mucha gente estudió el lenguaje para ver cuál era la mejor forma para todo el mundo, como decía una chica en su canal de youtube. Pero creo que con “mucha gente” se refería a los hombres y con “todo el mundo” también.

Pero dice más. Dice que por este motivo de que fue estudiado por mucha gente por el bien común, el lenguaje es algo objetivo.

Cuando hay personas metidas en algo es prácticamente imposible que ese algo sea objetivo. Cada persona tiene una visión particular del mundo y de lo que es mejor para este.

Es muy complicado, por no decir imposible, utilizar la palabra objetividad cuando te refieres a cualquier cosa hecha por personas.

  • La RAE recoge el uso cotidiano del lenguaje siempre que no viole las reglas gramaticales.

Una RAE, por otro lado, compuesta por 46 personas de las que solo 8 son mujeres. Pues nada oye…

Contradicciones por todos lados

Se ha ridiculizado muchísimo a las feministas y a los colectivos que persiguen que el lenguaje inclusivo se convierta en una realidad.

Puede que haya habido contradicciones y que se hayan dicho gilipolleces, pero por ambas partes vaya. Aquí no se salva nadie.

Una vez aceptado que somos un poco gilipollas, veamos cuáles son las contradicciones más fuertes que yo me he encontrado.

  • La lengua sí que debe ser un reflejo de los tiempos que corren, de una sociedad que integra a sus miembros, sujetos de derecho todos ellos. Pero eso nada tiene que ver con caer en la demagogia, el populismo o la ignorancia”, se concluía en este artículo.

Y esa es una opinión como cualquier otra. Porque alguien que, a pesar de conocer las reglas gramaticales y tener en cuenta que nuestra lengua viene del latín y tiene siglos de historia, aboga por una construcción más equitativa del lenguaje a favor de la mayoría de la población, a mí no me parece ignorante para nada.

  • También se ha dicho que si las mujeres no se sienten representadas cuando se utiliza el género (mal llamado neutro) masculino, eso es porque tienen una percepción errónea, desconocen las reglas del lenguaje y, aún conociéndolas, no quieren someterse a ellas.

Efectivamente, las personas que están a favor del lenguaje inclusivo, a veces piensan y saben de lo que hablan. Y, aún así, no encuentran los argumentos necesarios para dejar de defender sus posturas.

¡Malditas idiotas rebeldes!”

  • Por parte de quienes saben del tema, se defiende que la lengua no puede ser modificada por motivos ideológicos, argumentando que es un tema histórico. Intentan poner todo tipo de trabas respecto a las iniciativas que pretenden cambiar los usos reales del lenguaje. Hablan de plasticidad y agilidad, tachando de totalitaria cualquier actuación que promueva el cambio.

Justo lo mismo que pensaría una feminista, pero al contrario: que quienes no defienden este cambio son personas totalitarias que intentan imponer su opinión, basándose en razones menos importantes que las suyas.

  • Aquellas personas que no están de acuerdo con el lenguaje inclusivo, alegan razonamientos de “sentido común”.

El sentido común es el menos común de los sentidos, como decía H. Greele.

Lo que para ti es de sentido común, para mí puede ser una falacia.

Volvemos al tema de la supuesta objetividad.

Las cosas que son verdad, no cambian. Argumento que defiende perfectamente la metafísica.

Cuando algo es susceptible al cambio es que no es verdad. Por tanto, el lenguaje no es estanco y sufrirá modificaciones como ha venido haciendo desde siempre.

¿Se podría llegar a una solución objetiva?

Definitivamente no.

Pero eso no significa que no se pueda llegar a una solución.

Justo cuando estaba escribiendo este artículo, entra mi pareja en la habitación:

  • ¿Qué haces?”, me dice.
  • Estoy escribiendo un artículo interesantísimo sobre lenguaje inclusivo”, le digo emocionada.
  • ¿Lenguaje inclusivo? ¿Eso qué es, lenguaje que incluye cosas?”, pregunta.
  • Digo, “claro, cosas como la mujer”.

la importancia del lenguaje inclusivoY este es uno de los puntos fuertes del debate.

Por supuesto que es un tema histórico.

Un tema de que cuando el lenguaje llegó a ser lo que hoy conoces, la mujer era considerada una ciudadana de segunda.

No es que el masculino genérico sea de sentido común porque los estudios que lo establecieron buscasen lo mejor para todas las personas.

Es que por aquel entonces, los textos oficiales (como nuestra Constitución, sin ir más lejos) y el lenguaje en general, excluían a la mujer de forma inconsciente (podemos pensar), porque estaba totalmente naturalizado que las mujeres estábamos fuera de juego.

Si esos académicos, tuviesen que volver a estudiar cuál es el mejor uso que se puede hacer del lenguaje para comunicarnos en la actualidad, las cosas serían diferentes.

Tampoco demasiado diferentes claro, la mujer sigue estando relegada a un segundo plano por muchos avances que estés presenciando. Pero serían diferentes seguro.

El lenguaje, tal y como lo conocemos hoy, está elaborado desde una óptica androcentrista. Discutir esto también es absurdo.

¿O acaso hay alguien por aquí que pueda apostar su cabeza porque la construcción del lenguaje tal y como es hoy no tiene nada que ver con la invisibilización histórica de la mujer?

Que sí, que hemos entendido las reglas gramaticales.

Que sí que sí, que el lenguaje tiene muchos siglos y que no es tan fácil, y que va más allá de la ideología y de la política…Lo que tú quieras.

Pero eso no lo convierte en una verdad absoluta y universal y, por tanto, se puede cambiar.

Conclusiones sobre el lenguaje sexista

Como dijo el escritor George Steiner: “Lo que no se nombra no existe”.

El lenguaje construye realidades, es una construcción social y cultural.

Y del mismo modo que la sociedad y la cultura se van transformando, así habría de ocurrir con el lenguaje.

Te digo más, puede que algunas de las premisas que defendemos quienes estamos a favor del lenguaje inclusivo sean “contradicciones que llegan al absurdo”.

¿Pero no sería mejor pensar que si esas absurdeces nos benefician tampoco pasa nada por darles cierta credibilidad?

¿A quién estamos haciendo daño?

La intransigencia no nos lleva a ningún lado.

Pero claro, los cambios dan mucho miedo, sobre todo cuando cuestionan el “statu quo”.

El idioma español es machista porque es un producto cultural. Así que estoy de acuerdo totalmente con quienes piensan que lo primero que deberíamos cambiar es nuestra cultura machista.

Está claro que la discriminación de la mujer no se soluciona única y exclusivamente a través del lenguaje inclusivo, sino cambiando la mentalidad de la gente.

Pero esto es precisamente lo que pretende el lenguaje no sexista: proveer a esa gente de un vehículo más para acabar con esa discriminación.

Como opina incluso la RAE, los idiomas no se modifican por decreto sino por la evolución natural del idioma.

Lo que sí se puede modificar por decreto son los textos oficiales, aunque no puedas obligar a las personas a que utilicen el lenguaje inclusivo cuando hablan.

Si queremos que el lenguaje evolucione, hagámoslo evolucionar.

¿No se incluyeron palabras como “buenísmo” y “postureo” y nadie hizo un drama?

Pues usemos el lenguaje inclusivo las personas que creemos que una sociedad más equitativa es posible, y comprobemos si es verdad que los cambios se deben a la verdadera evolución de quien habla o al subjetivismo androcentrista de quien lo tiene que aprobar.

Como dice la RAE: “El lenguaje lo crea y modifican las sociedades, es aprendido, es una práctica social (uso común) y suele ser modificado”.

Así que vamos a modificarlo sin decretos de por medio.

Porque quienes defendemos estas posturas no somos feminazis intransigentes, sino personas que lo único que persiguen es que, también en el lenguaje, se acabe con la discriminación.

Y para acabar con la discriminación, mi mayor objetivo profesional y personal en estos momentos es conseguir que todas las mujeres se respeten de verdad sin culpar a nadie de su situación. Que agarren las riendas de sus vidas y sean libres. Así que si necesitas liberarte de tus complejos y aprender a confiar más en ti, aquí tienes un regalo.

¡Espero que lo disfrutes!

No sé si te has dado cuenta de que todo este artículo está escrito siguiendo las directrices propuestas por las guías de lenguaje inclusivo.

¿Te ha resultado farragoso de leer por la forma en que está escrito? ¿Te habías dado cuenta?

¿Cómo ves tú este tema tan delicado?

Me encantaría saber tu opinión, igual que yo te he expuesto la mía.

¡Nos vemos en los comentarios!

Tania