Cómo ser carismático es una cuestión que cada vez interesa más a las personas en una sociedad hiperconectada. Ya sea de forma personal o virtual, las relaciones sociales influyen en todos los ámbitos de la vida.
Desde las relaciones familiares o de pareja, hasta las sociales, con amistades, compañeros de trabajo o clientes. Tu también puedes ser una persona carismática.
El significado de tener carisma es una cuestión muy habitual. Muchas personas piensan que tener carisma es algo innato. Que se lleva de nacimiento. Y este el el primer error.
El carisma representa una habilidad social que puede cultivarse y aprenderse. No significa fingir. Tampoco supone alterar nuestra personalidad.
Más bien, ser una persona carismática significa potenciar nuestras mejores cualidades comunicativas para “llegar” a la gente. Conseguir notoriedad, respeto y aceptación de mensajes e ideas.
El significado del carisma supone ser una persona sensible y comunicativa desde el respeto y la compresión. Desde la escucha activa y la tolerancia. Pero también desde la concreción y la habilidad de comunicarnos de forma efectiva y aporta valor a quien nos escucha. A quien nos presta atención.
Cómo ser carismático. ¿Se hace o se nace?
En el libro “El mito del carisma” de Olivia Fox Cabane, la autora nos habla de la capacidad de usar el carisma a nuestro antojo, siempre y cuando lo hayamos desarrollado.
Si te lees el libro hay una anécdota sobre Marilyn Monroe que relata cómo la genial actriz era capaz de pasear por la calle sin que la reconociesen y sin ir oculta ni disfrazada. Pero con un sólo gesto corporal, y en un solo segundo, lograba volverse reconocible para la gente.
Es decir, apagaba y encendía su capacidad carismática con su lenguaje corporal. Sin hacer uso de disfraces, pelucas o gafas.
Por tanto, esto no es una cuestión de ser más o menos guapo. De tener más o menos dinero o llevar una ropa más o menos impactante.
Es como una energía que somos capaces de acumular para transmitirla a la gente.
Es la capacidad de entrar en una sala abarrotada y que con solo carraspear, la gente quede en silencio porque le interesa escucharte.
Por tanto, el significado de carisma puede vincularse a algo energético. A un magnetismo que se basa en la confianza y en la capacidad de inspirarnos de esa persona.
Ser una persona carismática es posible
Hemos dicho que en las relaciones sociales es básico generar buena impresión. Cuando la percepción que transmites en los demás es positiva y duradera. Es decir, cuando alguien te recuerda, lo hace de forma positiva, agradable y valiosa. Eso es el significado de tener carisma.
Ser carismático, por tanto, es una ventaja en este mundo tan sociable. Y es algo que cualquiera puede desarrollar. Si, ser carismático se puede aprender.
El problema es que en Comunica y Acción, encontramos mucha gente que se siente en el polo opuesto a ser carismático.
Quiero decir que hay gente que siente gran falta de confianza, inseguridad o temores a expresarse en libertad. A comunicar de forma natural. Y claro, dile a una persona con esas características que puede llegar a ser carismática. Pues cómo que no te va a creer.
Y que pasaría si te digo que puedes obtener algunas claves para ser una persona carismática sin tener que modificar tu personalidad. Sin fingir ni actuar.
¿Estás preparada? ¿Estás listo? Pues abre bien los ojos porque ahí va las claves para desarrollar algunas de tus habilidades comunicativas para descubrir cómo ser carismático.
Cómo ser carismático en diez pasos
Como hemos dicho, el carisma es una habilidad que se puede desarrollar y fortalecer. Tu puedes ser una persona carismática. Eso si, como cualquier virtud, requiere que pongas de tu parte. Que trabajes sobre ello y pongas empeño e ilusión. Te damos diez claves (más una) sobre cómo ser carismático.
Atracción para tener carisma
No queremos generar equívocos. Ser atractivo no es una cuestión física.
No hablamos de atracción física. Nos referimos a esa características de las personas carismáticas que transmiten serenidad, confianza y autoridad.
No que sean muy guapos. Una de las claves de la atracción, aunque parezca mentira, es la naturalidad que desprenden las personas carismáticas.
Por eso, si quieres desarrollar tu carisma, se tu mismo.
De hecho, muchas persona relevantes y carismáticas, a lo largo de la historia, han sido líderes con pocas virtudes físicas pero con una gran capacidad de atracción hacia sus “seguidores”.
Este carisma se basa en otras muchas características de su comunicación: su firmeza, su tono de voz, su seguridad, su capacidad de inspirarnos o de sentir que ellos también no escuchan a nosotros.
Una forma recurrida de generar esa atracción es tener iniciativa. Hacer propuestas participativas sobre las que todo el mundo pueda opinar participar. Propón ideas. Lleva la iniciativa de una forma consensuada.
Si eres capaz de organizar actividades y mostrar tus habilidades para el liderazgo, tu personalidad carismática aumenta.
Pero ojo, tener habilidad para el liderazgo no es imponer sino proponer. No podemos obligar a nadie a tomar parte de nuestras propuestas.
Más bien debemos pedir feedback para conocer su opinión al respecto y mejorar nuestras iniciativas.
Tener carisma con atención plena
En cualquier proceso comunicativo es donde se muestra el carisma. Cómo ser carismático depende de nuestra capacidad de estar centrado en el proceso comunicativo con las otras personas.
Esto significa que al comunicarnos con alguien debemos estar alerta y centrados en ese preciso momento.
Ya sea en un diálogo o una presentación ante cientos de personas debes captar su atención plena. Ante una sola persona ella es tu máximo punto de atención.
Ante muchos de ellos, cada uno de tus oyentes debe sentir esa sensación. Cada uno de tus oyentes debe sentirse especial. Cómo si solo le hablases a él o a ella.
En este sentido es básico el lenguaje no verbal y tu capacidad de conectar con las personas mediante la mirada.
La clave del carisma está en la mirada
En relación a lo que decíamos antes, nuestra mirada determina nuestra capacidad de transmitir carisma. No solo por lo que podemos hacerles sentir, sino también porque refleja cómo nos sentimos nosotros, nuestro estado de ánimo.
Con tu mirada transmites tu seguridad, tu confianza en lo qué dices e, icluso, tu confianza en las personas que te escuchan.
Tip. Cuando no seas capaz o te genere duda mirar directamente a los ojos de los demás, mira a su cara a la altura de sus ojos.
Pero céntrate en el espacio intermedio, entre sus ojos. Esto simula que les miras a los ojos, pero si no eres capaz te genera menos nervios.
Obviamente debemos mirar a los ojos de la persona con la que hablamos. Tampoco en plan psicópata ni fijamente, sino de una forma relajada y respetuosa.
En el otro extremo, trata de evitar distraer tu mirada con otros elementos de la sala, con tu reloj o móvil.
Demuestra desinterés y tu posible carisma se desvanecerá para esa persona. Un último apunte, no por ello menos importante: acompañar a una mirada serena una sonrisa de complicidad eleva tu personalidad carismática por las nubes.
El lenguaje no verbal de las personas carismáticas
Íntimamente relacionado con nuestra mirada, el lenguaje no verbal expresa más que las propias palabras. De ahí su importancia sobre cómo tener carisma mediante los gestos, el tono o nuestras expresiones faciales.
Nuestro lenguaje corporal expresa muchas cosas, algunas de ellas imperceptibles de forma consciente. Pero sin embargo determina el tono, la intencionalidad y el “alma” de nuestro mensaje.
Te adelanto que la confianza que muestres con tu tono de voz, tu lenguaje corporal y tus expresiones faciales es como el ingrediente secreto de tu mejor receta. Un elemento indispensable.
Cuando hablamos con alguien usamos el lenguaje no verbal, lenguaje corporal. Aunque no nos demos cuenta.
De hecho, es un lenguaje universal que pueden interpretar desde un Masai en Kenia hasta un esquimal dentro de su iglú. (Básicamente porque estarás tiritando, y eso ya sabemos que significa).
Nuestra posición, nuestros brazos, nuestra mirada o la expresión de nuestra cara dicen más que nuestras propias palabras.
Y con cada uno de estos gestos puedes generar positividad, confianza y buen rollo. Todo suma. Y si quieres ser una persona carismática, empieza por prestar atención a estos elementos no verbales.
Tip. Grábate un vídeo con el móvil. Habla de lo que sea durante un minuto. Ahora mira el vídeo sin audio. ¿Crees que tus gestos, mirada o expresiones físicas son coherentes con lo que decían tus palabras?
Al mismo tiempo, si tu lenguaje no verbal, si tu expresión corporal se muestra insegura o tímida, eso es lo que vas a transmitir. Generarás desconfianza. Y eso no es lo que queremos, ¿no?
Por tanto, para generar ese carisma mediante el lenguaje corporal es importante seguir algunas de estas pautas:
- La posición de espalda erguida y cabeza alzada. Caminar con pasos firmes y seguros.
- Usa mucho la gesticulación con las manos, pero que sea coherente con tus palabras.
- Los saludos y presentaciones deben ser firmes. Con contacto visual que transmita respeto y confianza.
- Durante la charla, mantén una postura receptiva. Brazos abiertos (evitar los brazos cruzados pues denota rechazo)
- Huye de los excesivos gestos de las manos sobre la cara. Si abusamos de tocarnos, rascarnos o taparnos las caras, inconscientemente, se genera desconfianza.
- El tono de tu voz también es parte de tu lenguaje no verbal. Huye del tono monótono. Trata de variar el tono.
- Hacer énfasis. Iniciar las frases de forma “elevada” y acabarlas de forma “sugestiva” o “interrogativa. Haz participe a tu audiencia.
Tip. Practica tu exposición o charla frente a un espejo. NO sobre actúes. Trata de expresarte con naturalidad y corrige aquellos gestos o expresiones que no refuercen tu discurso verbal. Esto de ponerse frente al espejo parece un poco peliculero, pero funciona.
– Existe una técnica extraída de mi admirada PNL que supone una herramienta muy útil para ser una persona carismática. Se trata de la imitación (no burlesca) del lenguaje corporal de la otra persona con la que hablamos.
Imitar, de forma sutil, sus gestos hace que, inconscientemente, la otra persona se identifique con nosotros y le generemos simpatía.
No se trata de imitar al mismo tiempo que esa persona hace sus gestos. Debe usarse a lo largo de la conversación, de forma discreta y “suave”.
Personalizar te hace ser carismático
No hay nada que genere mayor implicación y respeto por parte de tu interlocutor, que usemos su nombre y le apelemos. Cuando citas el nombre de alguien determina interés en esa persona. Y eso incrementa tu carisma.
Hacer que alguien se sienta recordado le hace sentir especial. Normalmente podemos saber su nombre cuando nos presentamos. Si no es así, no dudes en preguntarle e interesarte por algunos aspectos básicos de su vida.
Te ayudará a generar un ambiente más comunicativo.
Tip. No suele funcionar siempre, pero para recordar nombres, cuando alguien te diga el suyo, relaciónalo con otra persona que conozcas con ese nombre e imagina alguna similitud entre ambos (forma de vestir, peinado, gafas,… ). Así te resultará más fácil recordarlo.
La amabilidad es el rasgo clave de alguien con carisma
Ya se que suena muy obvio. Pero luego se nos olvida. Para mostrarte como una persona carismática, tu capacidad de ser amable con los demás es fundamental.
Siempre que puedas y sea cierto /que lo será) trata de elogiar a tu interlocutor o tu público.
Para ello, es básico escanear rápidamente las virtudes de los demás. Puntos concretos en la personalidad de la otra persona que sea elogiable de forma concreta y precisa sobre esa persona.
Cuando percibes que alguien se da cuenta de algo especial en ti mismo, la percepción sobre esa persona hace que pueda convertirse en alguien potencialmente carismático para ti.
Ya sabes que las personas carismáticas emplean, especialmente su capacidad expresiva para comunicarse con nosotros. Si esos gestos y expresiones son amables, reforzaras tu personalidad carismática.
Para ser amable y generar esa sensación de carisma hay algunos puntos a tener en consideración…
- Capacidad de adaptación. El carisma también se demuestra con la capacidad de hablar con gente de todo tipo. Y de cualquier tema. Lógicamente no serás un experto en todo. Pero si está bien tener ciertos criterios sobre una amplitud de temas recurrentes.
Si vas a hacer una charla a una ciudad donde existe un conflicto político, lee la prensa local para conocer esa situación y formarte un criterio.
- Prudencia. A veces, en el fragor de la charla, tendemos a opinar sin pararnos a analizar las consecuencias de lo que decimos. O hablamos mucho y decimos poco porque desconocemos la materia. En estos casos, como suele decirse, tu silencio es más valioso que tus palabras.
- Empatia. La empatía es la capacidad de reconocer, identificar emociones propias y ajenas. Y actuar en consecuencia. Tu capacidad de empatia genera una personalidad carismática.
Si eres una persona sensible, es más fácil que tengas esa capacidad de conectar, emocionalmente, con las personas con las que te comunicas y eso genera una sinergia muy interesante.
Si, por ejemplo, es tu primera charla a una audiencia y sientes miedos o vergüenza, expresalo de forma natural. Entre las personas existe una conexión cuando destapamos nuestras emociones que genera simpatia.
- Sinceridad. Algo similar a punto anterior. Si nos mostramos transparentes y honestos, esto es percibido favorablemente por nuestra audiencia. Por ejemplo, si te preguntan algo y no sabes la respuesta, no divagues ni inventes. Quedarás mal y genera desconfianza.
- Es mejor decir que no lo sabes. Que te esforzarás en averiguarlo. Puedes incluso pedir su correo electrónico para hacerle llegar la respuesta cuando lo sepas o invitar a que responda alguien que lo sabe.
Hacia el carisma desde la positividad
En los procesos comunicativos, en los diálogos, charlas o presentaciones, suelen darse ciertos temas conflictivos que pueden generar ambientes tóxicos o negativos.
Mi consejo es que huyas de ello. Hay miles de temas simpáticos o amables para comunicar sobre cualquier tema. Incluso en política o fútbol.
Para ello el recurso del humor es muy útil. No hace falta que seas el mejor humorista o monologuista de la ciudad. Cualquier ocurrencia sencilla y cotidiana es motivo de risa.
Así que usa esas licencias y mantén una actitud positiva, conciliadora y constructiva.
Básico evitar las críticas, especialmente las destructivas. Una persona que crítica puede generar cierta desconfianza.
Ni que decir tiene que una actitud sonriente es la mayor rompedora del hielo comunicativo que pueda existir. Sonríe, sonríe y vuelve a sonreír. Pero esto para se carismático. Pero también para ser feliz.
Confianza y carisma van de la mano
Generar confianza es la clave del carisma. Piensa que si eres capaz de transmitir confianza eso genera credibilidad y respeto.
Y ojo, no digo que tengas confianza en todo lo que haces, pero si que la transmitas. De esta manera, no solo te muestras carismático, sino que si te muestras confiado, es más fácil que logres aquello que te propones o quieres transmitir.
De hecho, una de las claves de las personas carismáticas es que no dudan. No dudes. Muéstrate seguro de cada afirmación. Y si dudas, manifiesta firmemente tu desconocimiento y aplaza tu respuesta a un mail, una llamada o una futura reunión.
La gente quiere seguir a personas confiadas en si mismas. Esto genera inspiración para muchas personas inseguras. Usado de forma ética y positiva, ser generador de confianza es fuente de inspiración e imitación por parte de las personas que te escuchan.
Potencia tu confianza. Céntrate en esos aspectos personales sobre los que te sientes más seguro. Y potencia y destaca esos aspectos.
Tip. Una voz que transmite seguridad o un complemento como un pañuelo, un reloj, una pajarita o un bolígrafo que te guste mucho puede ejercer de catalizador de u confianza y arrastrar a tu oyente hacia ese elemento fetíche con el que te sientes confiado.
La voz para gustar a la gente
Cómo hablamos también genera carisma. Nuestro ritmo, nuestro tono de voz es muy importante para generar confianza y mostrar nuestro carisma.
Hablar con seguridad y convicción, con el tono y el ritmo adecuado nos muestra como seguros de lo que decimos y eso genera seguridad y transmite al oyente una percepción de carisma sobre nosotros.
Existen decenas de fórmulas sobre cómo usar nuestra voz. Pero básicamente podemos destacar la importancia de la claridad, la pronunciación, la velocidad y ritmo o el enfásis que hacemos en nuestra intervención.
Mediante el tono podemos conseguir que una palabra quede grabada en la mente de una persona.
En resumen. La claves es hablar con un tono firme y claro. Sin elevar la voz, pero sin caer en tonos muy bajos. Vale la pena menos palabras pero con un tono más directo y conciso, sin restarle amabilidad a nuestra expresión.
Cómo ser carismático… Esa sensación de sentirte especial
No nos referimos a ti. Nos referimos a la persona o personas que te escuchan. Ser carismático implica la capacidad de seducir. De cautivar con tu expresividad.
Generar atención en el otro es una de las claves de las personas carismáticas. Debes saber expresarte con amabilidad, con contundencia y generar interés. Pero también debes saber escuchar.
Para ello existen algunas pautas sobre cómo ser carismático…
- Interésate por los demás. Por lo que piensan y sienten. Se respetuoso y emplea la comunicación asertiva y la comunicación no violenta. Evita las actitudes altivas, prepotentes o soberbias. Puede que seas el que más sabe de ese tema en la sala. Pero en tu primera charla tu eras un oyente.
- Ya lo hemos mencionado antes. Pero la escucha activa es básica. Escucha para aprender y no solo para contestar o comparar. Y no solo eso.
También debes demostrar esa atención: asiente con palabras o con gestos. Pregunta si no entiendes. Parafrasea a tu interlocutor. Que perciban que lo que te dicen te importa. Y que te importe, de verdad.
- Íntimamente ligado a lo anterior. No interrumpas. Sobran más explicaciones, ¿no?
Ser carismático: la importancia del humor.
Hemos hablado de cómo ser carismático y hemos dado bastantes consejos de como generar esa sensación de confianza y credibilidad en nuestra audiencia. Nos mostramos como una persona experta en la materia. Pero hay un factor más…
Siempre hemos asociado a esa imagen de experto cierta seriedad que se vincula con profesionalidad. E incluso seriedad. Y ahí discrepo.
La gente vive encorsetada en una falsa apariencia de guardar las formas… En no mostrarnos ingeniosos, ni bromear porque eso resta credibilidad.
Creo que esto se debe a que una persona experta se debe mostrar profesional. Lo profesional se vincula al dinero. Y el dinero no entiende de bromas. Pfffff, ERROR!
Una persona que es carismática tiene el don de hacer sentir cómoda a la gente. Tiene la habilidad de generar buen rollo y hacer sonreír y reír a la gente. En un estado de diversión, lo que transmitimos nos cala con mayor profundidad.
Si lo piensas, fuera del contexto profesional, nos gusta estar con gente que nos haga reir de verdad. ¿Por qué no en una charla, una reunión o un ambiente profesional?
Cómo ser una persona carismática a través del humor
a) Descubre el poder de las bromas. Obviamente hay que analizar el contexto y saber que tipo de bromas proceden. En un contexto de sarcasmo, esa es una herramienta poderosa y muy útil.
Nos relaja y nos permite comportarnos de forma natural.
Para otros contextos, quizá es adecuado un humor mas ligero e inofensivo. En uno u otro caso, deja pasar unos minutos y tantea cuál es el humor que más empatiza con tu audiencia o la persona a la quen te diriges.
b) Fuera complejos. Ríete de ti mismo. Cuando alguien se ríe de si mismo genera cercanía y naturalidad. Si te ries de ti, los demás tienden a imitarnos. Somos seres imperfectos y nos gustaría poder mostrarlo sin complejos. Empieza por dar ejemplo.
No hay nada más enriquecedor que reírse de uno mismo de forma constructiva.
c) Busca el humor participativo y provocativo. Que la gente se desinhiba para formar parte de tus chistes. Usa la cotidianeidad. Cosas con las que sabes que la gente se siente identificada y a todos nos resultan divertidas.
Esto lo hacen muy bien algunos monologuistas. Repito, ¡ALGUNOS!
d) Un humor fluido. No trates de ser divertido porque si. El exceso de bromas o un chiste fuera de lugar puede restarte carisma. Es lo que llamamos “el típico graciosillo”.
e) Sonríe. Ya lo dije antes. Pero sonríe y vuelve a sonreír. Y que esa sonrisa salga de verdad, porque te sientes a gusto y tienes mucho que aportar y recibir de quien te escucha
Tener carisma o no tener. Conclusiones.
La respuesta solo depende de ti. En un sistema educativo en el que se nos educara en habilidades comunicativas, todo el mundo tendríamos predisposición o personalidad carismática. Pero tenemos lo que tenemos.
Y si quieres tener una personalidad carismática, debes profundizar en todas estas cuestiones y tratar de desarrollarlas.
El carisma no es una cuestión de egos. No debe usarse con fines “oscuros” para conseguir siempre lo que queremos. El carisma debe usarse de forma constructiva. Para aportar valor.
No es lo mismo el carisma del dictador que el del líder de un movimiento que promueve derechos sociales. Para mi, el segundo está justificado.
En el primer caso, ese carisma es la antítesis de lo que debería ser el carisma.
Y eso contando que el carisma nunca puede nacer del miedo, sino del respeto, la honestidad y el valor de lo que se aporta a quien te escucha.
Tener carisma es una cuestión personal. Una habilidad que puede desarrollarse, como quien dibuja bien o escribe poesía. Requiere dedicación, constancia y sensibilidad. Pero tiene que nacer de dentro y dejar que fluya hacia los demás.