escuchar tu intuición

¿Escuchas a tus intuiciones? Deberías hacerlo…

Escuchar tu intuición… Seguro que en algún momento de tu vida has tenido una decisión o dilema al que hacer frente y has sopesado sus pros y sus contras, sus ventajas e inconvenientes y, tras un periodo reflexivo, has optado por una u otra decisión.

Pero también es seguro que, en ocasiones, has tenido un palpito, una corazonada o una intuición y has pensado en escuchar a tu intuición.

Luego, seguramente habrás descartado esta corazonada pues no estaba fundada en ninguna reflexión lógica ni en nada racional. Es decir, has dejado que tu razonamiento, basado en experiencias previas, fuese el mejor argumento para decidir sobre que hacer al respecto. Y quizá, solo quizá, al tiempo podrías pensar que si hubieses seguido ese palpito, ese instinto la cosa hubiese marchado mejor.

Escuchar a tu intuición: razones para hacerlo

Tu, como millones de personas, hemos dejado de escuchar tu intuición y actuamos desde la racionalidad. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿por qué tenemos esas intuiciones? Y más inquietante si cabe, ¿por que les hacemos poco o nulo caso en nuestra vida cotidiana?

intuicion2Para empezar y aunque suene extraño, no siempre la especie humana ha primado lo racional sobre lo intuitivo.

De hecho, durante los últimos tiempos, entendiendo estos como siglos, el ser humano ha ido despojándose de su capacidad intuitiva en pos del raciocinio.

Históricamente, se achaca este cambio de paradigma al movimiento de la Ilustración, bajo el yugo del cual, en Europa se impone lo intelectual (y cultural) como dogma y esta nueva concepción abarca todas las facetas de la vida, desde las más privadas hasta las más sociales.

Ese cambio de paradigma normaliza que nuestro modelo de pensamiento y acción se rija por la razón, dejando a un lado a la intuición.

Pero hasta el siglo XVII, las personas usaban a partes iguales ambos hemisferios. Es decir, el racional junto al instintivo o emocional.

Escuchar a tu intuición: ¿de dónde viene?

Suponemos que habrás escuchado hablar del tercer ojo. Otros lo llaman glándula pineal. Se trata, es cierto, de una glándula que albergamos entre los dos ojos externos (aproximadamente) pero que se encuentra atrofiada y es por ello que hemos perdido la habilidad de usarla.

Básicamente, esta glándula remite a nuestras capacidades extrasensoriales. Es decir,  nos facultaba para percibir “cosas” más allá de nuestros cinco sentidos habituales.

Es por esto que decíamos que esa facultad de percepción está atrofiada, por lo que hemos invalidado nuestras habilidades extrasensoriales. No es ciencia ficción, ni brujería, ni esoterismo.

Es ciencia pero la ciencia y, seguramente, la religión han desviado la atención respecto a estas capacidades humanas.

Pues si nos condujésemos por la vida basándonos en el equilibrio entre razón e intuición, seguramente las cosas no marchasen como interesa a una minoría, y en detrimento de una mayoría.

Escuchar a tu intuición: algo natural

intuicion5Si nos paramos a pensarlo, la intuición forma parte de nuestra fisionomía psicológica y conductual. Llamamos corazonada a la intuición porque emana del corazón. Nos enamoramos con el corazón y no con la razón.

A veces conocemos personas que nos dan mal palpito y acaban confirmando esta percepción negativa con el tiempo, o viceversa. O usamos expresiones como “escucha a tu corazón” o hacer o decir algo con el corazón en la mano.

Prima en todos estos casos la intuición, lo emocional pues la consciencia alcanza conocimientos que la razón no entiende y nos lleva a informaciones cuyas vías de acceso no podemos explicar científicamente pero que están ahí.

La diferencia entre la intuición y el pensamiento racional es que la primera no requiere de un pensamiento secuencial, esto es, que detrás de A no viene B.

Como dijo Albert Einstein,

Con el razonamiento vamos de la A a la B, de la B a la C… mientras que con la intuición vamos de la A a la J, de la J a la R y de la R a la A, nuevamente”.

Es decir, la intuición no requiere de una conexión lógica entre sus múltiples posibilidades sino que es más inspiradora y creativa, y permite conectar diversas ideas sin lógica o conexión aparente.

En definitiva, “escuchar” a nuestra intuición puede llevarnos a confirmar hechos o eventos que, bajo la dictadura de la razón, pasarían inadvertidos. Por ejemplo, puedes estar parado en un semáforo, mirando tu móvil o atento a que se abra el semáforo para pasar.

Escuchar tu intuición: la práctica

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Sin embargo, de repente, percibimos que alguien nos está mirando a nuestro lado, o desde un coche y giramos la cabeza hacia esa persona y confirmamos que, en efecto, nos observan.

Esa percepción no es fruto de nuestros sentidos o de la razón, sino de una intuición o percepción que nos pone alerta.

Quizá, la imposición social de un pensamiento lógico y racional, especialmente en occidente, es fruto de lo gregario: el ser humano busca la adaptación y aceptación de sus semejantes.

Y para ello, confiamos nuestras creencias y pensamientos a religiones, corrientes filosóficas o principios y valores ya establecidos por los cuales manejamos nuestras vidas.

Sin embargo, como establece el filosofo indio Jiddu Krishnamurti,

el reto es encontrar la coherencia desde uno mismo y que nos guíe la propia intuición”.

Una tarea ardua y difícil pero plena de libertad. Pues como dice este pensador de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, solo de esta manera llegará la paz a nuestra mente y emociones”. Lo que defendía Krishnamurti es muy interesante. Actuamos bajo patrones de lógica, pero son una lógica externa e impuesta que, en muchas ocasiones, no hemos experimentado sino que reproducimos.

Y guiarse por preceptos externos nos lleva a equivocarnos pues son patrones que no tienen que ser validos o “buenos” para cada uno de nosotros.

Ahí radica el error: no dejar que sea nuestra percepción e intuición la que nos marque nuestro propio devenir.

Intuición VS Razón

Entendemos que aún puede resultar algo extraño primar a nuestra intuición por encima de nuestra razón. Una no es excluyente de otra, pero sin duda, en la historia se ha potenciado mucho más esa parte racional desde las esferas culturales y educativas.

El equilibrio entre razón e intuición es quizá el idóneo. Simplemente debemos abrir esta vía para que la intuición, esas señales que percibimos sin usar nuestro intelecto cobren mayor fuerza en nuestro día a día. Sin embargo, mucha gente, aun siendo consciente de nuestras capacidades, no llega a saber cómo potenciar esta facultad inherente a todo ser humano.

Cómo desarrollar la intuición

1. La meditación es una de las “herramientas” más aconsejables para hacerlo. Intuir es vivir en armonía y ser consciente de nuestras necesidades, de aquello que queremos alcanzar y hacerlo en coherencia entre lo que somos, lo que pensamos y lo que finalmente hacemos. Meditar nos conecta con nosotros mismos de manera que somos más conscientes de nosotros mismos y eso lleva a saber escucharnos y que la intuición se potencie en nuestra vida cotidiana.

2. Los sueños también son un canal para potenciar nuestra capacidad intuitiva. Hay muchas personas que se dedican a anotar sus sueños en un bloc de notas que tienen junto a su mesilla de noche. Los recuerdos de los sueños son efímeros y se esfuman a los minutos de habernos despertado.

Es conveniente anotar todo aquello que recordemos y no impacientarnos si no vemos significado alguno. En ocasiones debemos entrelazar diversos sueños para adquirir una explicación.

Hay quienes incluso preguntan a su inconsciente sobre como proceder es este o aquel asunto justo antes de ir a dormir y los sueños, a través del inconsciente pueden desvelar esta o aquella respuesta.

3. La intención también es importante. Digamos que la intuición que podemos tener respecto a una determinada duda o cuestión es más fácilmente accesible, en tanto que tengamos la intención de conocer sobre ese asunto. El interés que mostremos hacia un conocimiento o ámbito de nuestra vida facilita que las intuiciones respecto a él lleguen con mayor o menor facilidad.

4. Seamos más observadores. Muchas veces observamos la realidad simplemente para juzgarla. No como meros espectadores, sino como evaluadores de la misma. Por la misma razón tendemos a escuchar a los demás para contestar, lo que es más parecido a oír.

Quizá debiésemos prestar más atención a cada pequeño detalle cotidiano, observar cosas que vemos cada día pero desde otro punto de vista, sin evaluarlo. O escuchar más y hablar menos. Y en ese proceso de observación también es fundamental prestar especial atención a las sincronicidades.

Esas casualidades que, de tanto en tanto nos pasan, y que estamos seguro que han pasado por algo.

Pensamos en escribir un libro y justo ese día nos encontramos un amigo de la infancia que dirige una editorial. ¿Casualidad o causalidad?

5. Seamos más creativos. Leamos poesía, dibujemos, creemos, pintemos o tejamos. Desarrollar nuestra capacidad artística o creativa incentiva y potencia nuestra capacidad intuitiva. Fruto de ello nacen las inspiraciones.

Escuchar tu intuición: conclusiones finales

intuicion4Para acabar, y citando al ya mencionado pensador, Krishnamurti, nos gustaría reflexionar sobre unas palabras de él mismo:

En vez de ser vulgares y mediocre, debéis escuchar esta voz (la de la intuición), cultivar esta intuición y descubrir así nuevos caminos en vuestra vida, en lugar de marchar y repetir caminos ajenos.

La intuición es la voz de vuestro verdadero ser y la vía esencial para aunar la armonía de emociones y mente”.

Dejarse guiar por esta voz interior o intuición es el camino hacia nuestra plenitud y felicidad y eso solo lo conseguiremos siendo nosotros mismos, es decir, escuchándonos, que es lo mismo que seguir nuestra intuición, sin condicionantes religiosos, culturales o sociales.

Dejarse llevar por la intuición es liberarnos de los filtros y condicionantes de la razón. La razón nos dice: coje ese trabajo de mierda porque tienes que pagar estas facturas.

La intuición que algo mejor está por llegar. Escuchamos a la razón y acabamos siendo muy infelices, hasta el punto de enfermar. No significa que desechemos la razón en pos de la intuición.

Significa que escuchemos más a nuestra intuición, porque a día de hoy prácticamente no le hacemos caso. Y así, el mundo es terriblemente infeliz….