Con el trasiego de la vida ando siempre enfrascado de aquí para allá. Así que me doy cuenta de la cantidad de cosas que tengo. Me refiero a cosas materiales. Y cosas que, en el 90% de los casos, no me hacen la menor falta.
Tengo demasiada ropa, demasiados libros, demasiadas cosas indefinidas… Y estoy descubriendo los beneficios del minimalismo. Los beneficios de vivir con menos.
Muchas cosas que no he echado de menos en mis viajes por Asia, por ejemplo. Y ahora que estoy de vuelta y he tenido que hacer mudanzas, compruebo, ruborizado, que tengo demasiadas pertenencias. Esto me lleva a plantearme en concepto del apego.
Es decir, el sentimiento de unión con algo material que me impide deshacerme de eso. E, íntimamente ligado al apego, o mejor dicho, al desapego están los beneficios del minimalismo.
El minimalismo es una corriente, un estilo de vida que consiste en vivir con menos posesiones materiales. Y ello, a su vez, conlleva a un minimalismo mental. Si empiezas por deshacerte de cosas materiales, una serie de estímulos afloran en ti: libertad, sencillez y felicidad.
Y el minimalismo se instala en tu mente como hábito saludable. Empiezas a minimizar, entonces, los malos pensamientos, los motivos de estrés y agobio. Y todo se vuelve más sencillo. Es entonces cuando compruebas los beneficios del minimalismo y lo absurdo del apego.
Los beneficios del minimalismo. Tu apego te resta libertad
El sistema en que vivimos nos obliga a producir, a trabajar, con el ánimo de consumir: más ropa, más teles, más teléfonos, más coches, más casas. Es lo que el genio Kiyosaki define como “La carrera de la rata”. De tal manera que nuestro valor personal y nuestro estado de ánimo va condicionado a la cantidad de posesiones que tengamos. Craso error.
Cuando he viajado por Asia, con una mochila de 6 kilos a la espalda, me he dado cuenta de lo absurdo de acumular tantas cosas.. Ya lo intuía hace años.
Tengo diez pantalones y siempre me pongo los mismos tres.
Los mismo pasa con mis camisetas. La ropa interior es otro cantar, jajaja. Hasta el minimalismo tiene sus límites.
Pero definitivamente, los beneficios del minimalismo se empiezan a apreciar cuando lo practicas. Cuando entiendes lo absurdo del apego. Guardar aquella entrada de concierto o aquel cuadro que fue importante.
Exacto. Lo fue. Pero tu eres un ser en constante evolución.
Aquellas cosas que formaron parte importante de tu vida, si están arrinconadas en el fondo de un cajón, es que ya no te sirven.
¿Para que acumular objetos que jamás te generarán beneficio alguno? Si la razón está en la nostalgia, es cosa de tu mente. Y a ese objeto, si perdura en tu mente, ya no hace falta seguir acumulando polvo en el último recoveco de tu casa.
Estilo de vida minimalista: una opción consciente
Por otro lado, piensa que a cada objeto que no tiras se suma ese otro que te vas a comprar. Y eso que compras vale dinero. El dinero equivale al tiempo que inviertes en tu trabajo para conseguir esos billetes para comprar esta o aquella cosa.
De tal manera que, el tiempo que inviertes en conseguir dinero, dejas de invertirlo en hacer aquello que, seguramente, preferirías hacer.
De tal manera que pasas tu tiempo haciendo aquello que no te gusta para comprar cosas que no vas a poder disfrutar. ¿Empiezas a entender la paradoja?
Además, existe una sensación engañosa de bienestar cuando compramos algo. Una sensación placentera de adquirir algo nuevo que, aunque nos encante, es probable que guardemos en un cajón en pocos días.
Esa sensación de bienestar tras la compra se va diluyendo conforme pasan las horas. Es una sensación de novedad efímera. Pasados unos instantes, la sensación dan lugar a un vacío pues, obviamente, ningún objeto va a paliar nuestros problemas o frustraciones personales.
El mayor beneficio del minimalismo: la libertad
Puede resultar extraño, pero cuantas más cosas tenemos menos libres somos. Es muy sencillo. Todo lo que tenemos nos hace depender de ello. Si tenemos muchas cosas, y debemos mudarnos a otro lugar, nos resultará más costoso hacerlo.
Si acumulamos muchas cosas tenemos mayores preocupaciones. Y si perdemos algo o se nos rompe, necesitamos sustituirlo por algo nuevo que lo sustituya. Esto provoca insatisfacción y frustraciones. Sin embargo, aquellos que viven con menos, no sufren tanto por las cosas materiales.
Es otro de los beneficios del minimalismo y por lo que te sugerimos que practiques el desapego.
Tienes que ser consciente que vivir con menos no significa ser menos, sino más libre. Tus posesiones no deben determinar tu grado de felicidad. Al fin y al cabo, quien menos tiene no es necesariamente infeliz. Y viceversa.
De hecho, mucha gente, sumamente rica en posesiones materiales y dinero, ha confesado en la etapa final de su vida, el profundo vacío que ha sentido a lo largo de ella. Y si nos vamos al otro extremo, si no tuviésemos absolutamente nada, tendríamos la mayor libertad del mundo para ser y hacer lo que realmente quisiéramos.
“Las cosas que posees terminan poseyéndote. Únicamente, cuando perdemos todo, somos libres para hacer cualquier cosa.”
Tyler Durden (El club de la lucha)
Por eso creemos que la clave para ser feliz no es tener más, sino tratar de ser feliz con lo que si tenemos y no angustiarse por conseguir más cosas, la mayoría de las cuales son innecesarias.
¿Qué es vivir de un modo minimalista?
Vivir de forma minimalista implica apartar de nuestra vida cotidiana aquellas cosas que nos apartan de una vida plena y equilibrada. Significa ser libre en cualquier momento y circunstancia. Y esto nos lleva a practicar nuestro desapego. No solo de los bienes materiales, sino también de aquellas preocupaciones y pensamientos innecesarios.
No tener que depender de demasiadas cosas externas. Vivir de manera minimalista supone centrarnos en lo que es realmente necesario e importante.
Saber gestionar nuestros pensamientos y emociones, independientemente de dónde estemos, cómo y qué nos rodee. En definitiva, el minimalismo implica que nada externo controla nuestra paz interior.
Cuando esto sucede, nos damos cuenta que no necesitamos tantas cosas para sentirnos bien. Y ya no hay marcha atrás. De hecho, con menos cosas que nos distraigan la mente, podemos centrarnos en esas sencillas cosas que realmente valen la pena en la vida.
Porque todos somos conscientes que las cosas más importantes en la vida no tienen precio. Pero no dejamos de comprar…
¿Cómo me di cuenta de los beneficios del minimalismo?
Gracias a los viajes, cambios de ciudad y mudanzas comprendes cuantas cosas van en el maletero de tu coche, o en la mochila que llevas en la espalda. Te das cuenta que con la ropa que llevas puesta y un par de mudas es más que suficiente.
Que acumular cantidades de cosa solo te resta libertad y movilidad y hace la vida más compleja. ¡Y la vida es mucho más sencilla!
Y que, al final, en la vida es más importante sumar experiencias que no objetos ni cosas materiales.
Vivir con poco, con lo justo es un arte. Pero también es un proceso sanador. Un proceso que nos hace mucho más felices y plenos. Y nos permite un mayor equilibrio y bienestar personal. Se que cuesta. Lo he experimentado (y sigo haciéndolo).
Porque nos han inculcado unos valores alejados de estos planteamientos. Pero cuando lo experimentas, quieres aferrarte más de este estilo de vida.
Beneficios del minimalismo
Ahorro
Cuando nos desprendemos de cosas no tenemos que mantenerlas. Y si adoptas este estilo de vida, también vivirás con menos y comprarás menos. Es el camino hacia tu libertad financiera.
Cuando compras esas pequeñas cosas, fruto de un capricho, cosas que no te hacen falta, puede que no gastes demasiado. Pero si a final de mes sumas todos esos pequeños gastos innecesario, verás como la cantidad empieza a ser considerable.
Para ello debes cambiar tus hábitos de consumo y tratar de no comprar compulsivamente. O no hacerlo simplemente por mejorar tu ánimo. Porque cómo ya hemos dicho, no funciona.
Menos estrés y más felicidad
Cuando empiezas a vivir bajo los beneficios del minimalismo, compruebas que todo se hace más sencillo. Tu cabeza no enreda con pensamientos tan complejos e, inevitablemente, reduces el estrés, las preocupaciones y la ansiedad.
Cuando tienes menos, todo es mucho más sencillo. No te agobias pensando si te vas a poner esta o aquella prenda de ropa. Tener menos donde elegir no es un problema, sino una ventaja. No tienes que tomar tantas decisiones, ya que tienes lo justo y necesario, ni más ni menos.
La sensación es que tienes todo bajo control y no pierdes tanto tiempo en decisiones banales.
Esto te llevará, directamente, a ser más feliz. Cuando te das cuenta que los valores de consumo, gasto y modas son una imposición social absurda, empiezas a sentirte fuera de esa rueda “esclavista”. Va a ser más consciente que la felicidad está en pequeños detalles y cosas que no tienen una etiqueta con precio.
Incrementa tu libertad
El minimalismo es el camino más seguro para aumentar tu sensación de libertad. Ya te he dicho antes que cuando viajaba con mi pareja, la sensación de libertad era inmensa. No solo por todo lo que teníamos por delante, sino también por ser conscientes de lo poco que necesitas para ser feliz y tener tus necesidades cubiertas.
Cuando estás en casa y tienes que preocuparte de lavar kilos de ropa, de limpiar toneladas de polvo de tus cosas y objetos piensas: “¿para qué?”
Pasamos buena parte de nuestro tiempo manteniendo nuestras cosas. Cosas que, al final, no usamos. Cómo decía antes, las mudanzas son un momento ideal para comprobar esta realidad. Imagina que te mudas de ciudad o casa. Y en vez de 20 cajas solo tuvieses que mover 5 bultos.
¿No sería más sencillo y menos traumático?
Minimalismo=Libertad
Esa libertad también se aprecia en otro de los beneficios del minimalismo: la ausencia de obligación de estar siempre comprando la última novedad, el último teléfono o chaqueta que se ponga de moda. Ya eres libre de esa “obligación” de consumir por consumir.
Y es verdaderamente liberador. Además, muchas cosas que tienes las pagas durante bastante tiempo. Otra forma de esclavitud. Salir de ese paradigma consumista hace que aumente tu bienestar emocional, tu energía y tu vitalidad. Ah si! Y tu bolsillo.
Respeta el entorno
Parece que no nos repercute directamente, pero otro de los beneficios del minimalismo es el mayor respeto hacia nuestro entorno. Un consumo responsable y sostenible es básico para la sostenibilidad de nuestro planeta.
Y esto se consigue, de forma efectiva, si rebajamos nuestros hábitos de consumo. Cuanto menos compres menos residuos, menos plástico o menos combustible se empleará. Si, es lo de siempre. Que lo hagas tu solo no va a cambiar nada.
Pero eso es lo que se dice todo el mundo. Al fin y al cabo, tu solo eres responsable de tus actos.
Aumenta tu eficacia y productividad
Tenemos tantas cosas que siempre estamos pendientes de ellas. Y eso implica una cantidad de tiempo enorme. Si tienes dos coches, una moto, una bici, etc. las tienes que tener limpias y en condiciones. Obviamente no puedes usar todas al mismo tiempo.
Pero requieren tiempo y mantenimiento. Lo mismo pasa con la ropa o con cualquier cantidad de objetos que acumules. Reducir el número de posesiones te deja más tiempo para cosas que de verdad importan y para focalizar tus esfuerzos en metas reales y actividades productivas para tí.
Solidaridad minimalista
Cuando tomamos la decisión de vivir con menos, esto también tiene implicaciones solidarias. Cuando decidimos deshacernos de algo, como por ejemplo ropa, libros o cualquier tipo de objeto, podemos donarlos o regalarlos a personas que lo necesiten.
Quizá tus hijos tengan un montón de juguetes que ya no usan por acumulación. Pues es la hora de donarlos a asociaciones benéficas que puedan dar una alegría otros niños que no tienen ni uno.
La paz de los espacios minimalistas
Muchas de las casas de nuestros abuelos estaban recargadas de muebles, figuras, libros y ornamentos que, personalmente, me generan sensación de agobio y estrechez. Por contra, los espacios en los que solo hay objetos, muebles y enseres justos y necesarios para vivir, transmiten una mayor sensación de paz y tranquilidad.
Son espacios más diáfanos y funcionales. Son, en definitiva, lugares sencillos y prácticos. En este tipo de espacio es más sencillo sentirse cómodo, a gusto y relajado. Al fin y al cabo, cuanto menos tengas y acumules, más fácil será ordenar y limpiar tu casa.
Te supondrá menos esfuerzo y tiempo, que podrás destinar para hacer cosas que te gustan. Encontrarás aquello que buscas con más facilidad y te sentirás más integrado en y con tu casa.
Los recuerdos no ocupan espacio
Muchas veces no tiramos cosas porque nos recuerdan el pasado. Parece que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y eso es una chorrada. El pasado no existe, solo existe ahora. Y por eso, ahora es el mejor momento de tu vida.
Los recuerdos están en tu cabeza, no en el fondo de ese cajón en forma de objeto fetiche. Lo que sucede es que mucha gente piensa que tirar determinado objeto es renunciar a ese pasado tan evocador. Y eso no es cierto.
El recuerdo permanece independientemente de que el objeto acumule polvo debajo de tu cama. Así que si, tíralo hoy mismo.
¿Cuándo empiezas tu estilo de vida minimalista?
Te hemos dado ocho beneficios del minimalismo. Pero si empiezas a practicar este estilo de vida descubrirás muchos más por ti mismo. Al final, vas a seguir siendo tu, con tus mismas aficiones, tus mismos amigos, tus mismas rutinas.
Pero vas a “cargar” menos peso. Vas a sentirte más libre. Y vas a ser consciente de lo que realmente es importante en tu vida. Y casi nada de lo que acumulas en tus cajones y en tus pensamientos hace que tu vida sea mejor, más práctica o equilibrada.
Tu bienestar no depende de tener más cosas, sino de ser feliz con aquello que tienes y no desear mucho más.
Seguramente, los mejores momentos de tu vida no van asociados a ningún objeto, sino a alguna persona o experiencia.
¡Recuerda que son solo cosas!
Por último, no tirar nada por el famoso “por si acaso” es un error. Un error que nos hace acumular cosas.
Y finalmente, esas cosas que guardamos, “por si acaso” nos hace acumular y acumular, sin ningún criterio y funcionalidad. Debes aprende a apreciar el verdadero significado de lo importante.
Aquellas cosas cumplieron su función en el momento adecuado.
Pero, ahora, tu eres una persona que ha evolucionado y esa cosa no tiene ningún sentido en tu vida. ¡Piénsalo!
Genial el artículo Jose!
Me ha recordado muchísimo a cuando volví de mi viaje mochilero de 7 meses por Asia. Llevaba una mochila de 30 litros, así que no era mucho lo que podía meter.
– No tenía que pensar en qué ponerme cada día porque tenía 4 cosas
– No arrastraba con objetos innecesarios porque, aunque hubiese querido, tenía que cargarlos a mis espaldas y no estaba dispuesta
– Me di cuenta que realmente necesitaba un 20%, como mucho, de las cosas que usaba antes en mi vida normal.
Menudos cabreos a la vuelta, cuando abría el armario y lo veía lleno de ropa. ¡Y ahora qué narices me pongo!
Tanto trasto inútil ocupando espacios que al mismo tiempo están ocupando espacio.
Es una sensación de libertad la que da el minimalismo que voy a intentar que poco a poco vaya a más.
Muchas gracias por el artículo!!!
Un abrazo
Que alegría verte por aquí Tania. Sigo tu blog de RevolucionaT y me encantan tus contenidos y propuestas. Me alegra que te gustase mi reflexión. La verdad es que al final un blog es un manifiesto de la forma en la que ves el mundo… y hacia donde quieres ir. Y si, viajar por otros países, o más bien otras culturas te permite relativizar tu rutina diaria. Entender que al final todo es más sencillo que los parametros que impone la sociedad. Transmitir esos valores es muy importante. Pero más es hacerlo desde la coherencia. Aún nos queda mucho por recorrer, pero emprender este camino de simplificar, y vivir bajo el paradigma de la sencillez y la espontaneidad ya es todo un logro.
Un fuerte abrazo!!!